¿Has tenido palpitaciones fuertes en el pecho, aceleración cardíaca, sudoración excesiva, temblores corporales, presión en el pecho e incluso taquicardia? Si es así, esto te puede interesar.
El trastorno de ansiedad es un proceso a la hora de dar respuesta de manera repentina, a un acontecimiento desde el miedo y/o desde un malestar intenso. La diferencia entre miedo y ansiedad normal propios del día a día, es que estos últimos se presentan de manera excesiva y persisten de manera muy significativa, teniendo una duración de seis meses o más en adultos.
Las personas que experimentas cuatro o más de los siguientes síntomas por al menos seis meses, puede que sea señal que se está pasando por un trastorno de ansiedad.
1. Elevación de la frecuencia cardiaca.
2. Palpitaciones.
3. Sacudidas de corazón.
4. Sudor excesivo.
5. Temblores.
6. Problemas para conciliar el sueño
7. Sensación de falta de aliento, ahogo.
8. Malestar en el pecho, sobre todo en forma de presión.
9. Sensación de atragantarse.
10. Molestias a la altura abdominal.
11. Sensación de estar separado de uno mismo.
12. Miedo excesivo, sobre todo a perder el control, volverse loco o morir.
13. Entumecimiento.
14. Sensación de irrealidad y de estar separado de uno mismo.
15. Nauseas, mareos y sofocos.
16. Escalofríos.
En ocasiones, las personas que padecen una crisis de ansiedad pueden desarrollar miedo excesivo en situaciones cotidianas como pueden ser: salir de casa; ir a realizar la compra; viajar, ya sea en coche, en autobús, en tren o en avión.
Las causas de este trastorno no están claras, si bien es cierto que en ocasiones hay una predisposición genética, existen también factores como experiencias de vida, como por ejemplo, acontecimientos que nos sobre pasan y no somos capaces de integrarlos de una manera adecuada.
Las sesiones de RESFO son de gran ayuda para volver y armonizar aquellos aspectos que se encontraban con una desarmonía, devolviendo a la persona una vida más tranquila, serena y sobre todo libre de ansiedad.
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