DUELO
Hablar de fases cuando se trabaja con RESFO no es posible, ya que los beneficios que se tienen desde la primera sesión, y de manera inmediata y como respuesta común a la mayoría de personas tratadas, un estado de relajación, serenidad y sobretodo centramiento al que no estamos acostumbrados. En los días posteriores a la primera sesión, y también como respuesta común de todos los pacientes, uno se siente más liberado de su dolor, con más recursos de respuesta frente a uno mismo y sobretodo al acontecimiento. En general hay una toma de conciencia permitiéndonos poder vivir más libres y con más claridad, actuando espontáneamente remitiendo paulatinamente los signos y síntomas que producen tanto el duelo como la ansiedad.
Los resultados no es que sean instantáneos pero la mayoría de personas tiene cambios inmediatamente, sobre todo, al levantarse de la camilla, otros, sin embargo, pasados unos días. Trabajo con un mínimo de entre 3 y 6 sesiones, y si bien es cierto que regularmente que se trabaja una sesión por mes, normalmente desde la primera sesión y la segunda, solemos pautarlas en 15 días dependiendo de la intensidad del padecimiento; las siguientes, sí las solemos hacer de manera mensual.
Finalizados el tratamiento cuando te vuelves a conectar contigo mismo, convirtiéndote en una persona más fortalecida, teniendo sin lugar a dudas, una nueva visión de la salud, del ser humano y del sentido de la vida. Recuperando los sueños reparadores y aprendiendo a soltar aquello que no te pertenece, mejorando así el estado de animo, teniendo una existencia más tranquila, consciente, serena, libre y con una lucidez mayor.